Tengo tantas cosas que explicar que no se por donde empezar, pero creo que lo voy a hacer por lo más reciente.
Este fin de semana nos apetecía dar una vuelta por el centro y con el frío aprovechar para tomarnos un chocolate calentito. Parece ser que no fuimos los únicos en pensarlo, ya que nos dirigimos a la calle Petritxol y sorpresa, las dos chocaleteráis tenían colas quilométricas.
Por suerte descubrimos una exposición de Moscardó. Estoy enamorada de los cuadros de este pintor, mi sueño siempre ha sido tener uno de sus cuadros colgado en mi comedor, pero la economía no da para tanto.
Como nos quedamos con la astillita del chocolate, cambiamos de ruta y nos fuimos a "Demasié Café", os puedo asegurar que fue una elección acertada. Nos comimos unas galletas riquisimos acompañadas de un chocolate calentito. Laia disfrutó de lo lindo jugando, bailando y probando todas las sillas del local. A parte el ambiente es tan acogedor, que pareces que estés en el comedor de tu casa.
Habéis visto que monada de cuadro.
