Se trata de una zona habilitada para ello donde se pueden encontrar bancos de piedra para poder estirarte y poder apreciar las vistas. La verdad es que impresiona bastante, aunque yo estoy muy acostumbrada ya que mi abuela vive al lado de un aeropuerto y me he criado todos los veranos entre aterrizajes y despegues de aviones.

Este fin de semana aprovechancho el calor insufrible que vuelve a hacer y al no tener tiempo para ir a la playa, por fin nos estrenamos en la fuente de la plaza de la Vila. Está al lado de casa y ya se sabe, cuanto más cercano lo tienes, más lo aplazas.
La verdad es que fue muy divertido y seguro que la peque repetirá.
